lunes, 26 de mayo de 2008

CONAF presentó en San Fernando “Manejo Integrado: Técnica para la recuperación de Austrocedrus chilensis"






El Ciprés de la Cordillera es una especie nativa de la Región de O’Higgins y conforma formaciones de alto valor ambiental para la conservación de la diversidad biológica regional. Así lo reflejó el Libro Rojo de la Flora y la Fauna Silvestre de la VI Región (2007), que lo catalogó como especie vulnerable y a su vez las áreas donde habita como sitios prioritarios para la biodiversidad. En la región solo existen 2.300 hectáreas (Catastro de Bosque Nativo, 2005), concentradas en la Cordillera de los Andes, entre ellas la Reserva Nacional Río de los Cipreses, formando parte del patrimonio ambiental regional que es necesario proteger y resguardar para las actuales y futuras generaciones.

En Chile, fue detectado en septiembre de 2003 un pulgón, Cinara cupressi, en la Primera Región. Cinco meses más tarde este agente patógeno ya se encontraba distribuido hasta la Novena Región, atacando especies de los géneros Austrocedrus, Cupressus, Chamaecyparis, Junipterus, Thuja y al híbrido Cupressocyparis, mostrando una gran facilidad de propagación y adaptabilidad de climas y de especies hospederas que atacar. En la Región de O’Higgins, la especie más afectada por los ataques ocasionados por este pulgón, fue el Ciprés de Cordillera. Las primeras evaluaciones realizadas por CONAF en el año 2004, indicaron que el pulgón había provocado la mortalidad de aproximadamente el 30% de los árboles infestados, con las implicancias ecológicas de afectar una especie relevante desde el punto de vista de la diversidad biológica regional.

En el resto del país, específicamente en la Región de Los Lagos, se registraron ataques a individuos aislados de Ciprés de las Guaitecas (Pilgerondendrum uvifera), existiendo un riesgo potencial para el Alerce (Fitzroya cupressoides). Ambas especies se encuentran en la categoría de vulnerables según el Libro Rojo de la Flora Terrestre de Chile (1989).

Por esta razón, el Fondo de Desarrollo e Innovación, FDI, de la Corporación de Fomento, CORFO, el Instituto de Investigación Forestal, INFOR y organismos públicos asociados, como la Corporación nacional Forestal, CONAF, el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, y la Corporación Nacional del Medio Ambiente, CONAMA, se unieron para financiar un estudio que entregara una técnica para la recuperación del crecimiento de Austrocedrus chilensis y generar mecanismos que protejan y controlen al agente patógeno.

El objetivo de este estudio fue determinar las condiciones que promueven su ataque, así como establecer mecanismo de controles múltiples de este pulgón, con el fin de reducir las pérdidas económicas y ecológicas que genera este agente patógeno.

Esta misión implicó adaptar una tecnología que apuntó a resolver en forma integrada el problema, es decir, incluyó la participación de especialistas en el área fitosanitaria, silvicultura y teledetección. Al mismo tiempo, este trabajo integrado permitió generar un modelo tecnológico único para el país, donde se relacionan profesionales de las principales instituciones técnicas del país, como es el caso de CONAF, INFOR, SAG Y CONAMA.

La investigación abarcó a las regiones Sexta, Octava y Décima; comenzó en noviembre de 2004 y terminó en octubre de 2007 y hoy se dieron a conocer los resultados a través del Seminario de cierre del Proyecto “Manejo Integrado: Técnica para la recuperación de Austrocedrus chilensis rehabilitación de bosques nativos”, organizado por CONAF Región de O’Higgins e INFOR Sede Bío – Bío, en el Club de Campo de San Fernando.

El director regional de CONAF, Francisco Mendoza Escalas, señaló que entre los aspectos más relevantes que resultaron de esta investigación figuran:

· Obtener el conocimiento de la biología y ciclo de vida del pulgón, con el objeto de hacer más eficiente su control.

· Identificación de árboles resistentes al ataque del pulgón y recolección de germoplasma resistente, para dar inicio a programas posteriores de mejora genética y silvicultura.

· Producción y distribución de controladores biológicos (insectos parasitoides) de la plaga, en las zonas afectadas, con su control con bajos efectos ambientales.

· Generación de información, sintetizada en un manual, sobre síntomas y guías técnicas de control de la plaga, para su difusión.

· Protección de un recurso valiosos para la región.

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